A tres días de que se estrene la función en Madrid, Amparo Larrañaga, María Pujalte y Marina San José no se esfuerzan lo más mínimo en ocultar la ilusión que les hace ser hermanas de sangre durante un tiempo. Tiempo que se avecina largo teniendo en cuenta el éxito de público y crítica cosechados en Barcelona, donde la versión catalana de esta obra, Germanes, superó las expectativas de la propia autora, Carol López.
Estamos en el Teatro Maravillas. Es quince de enero. La reconocida dramaturga catalana deja claro ante la prensa, y eso que acabamos de llegar, que lo que se estrena este fin de semana en el Teatro Maravillas –propiedad precisamente de parte de la familia Larrañaga– es “una comedia”. Distinta de muchas otras, pero comedia.
Rompiendo las convenciones¿Y qué es exactamente lo que la diferencia de las demás? “Para empezar, que la gente que va a verla se identifica mucho con lo que se cuenta”, explica López a RTVE.es. “Pero también que he logrado romper con las convenciones. Hermanas tiene, por ejemplo, un punto de musical y eso la hace más atractiva para el público”, añade.
La respuesta del público ha sido muy fuerte, reconoce Carol López
Sobre las dosis de humor que ha inyectado en el montaje, precisa: “Todos mis espectáculos se parecen en el humor que tienen, en ese humor no exactamente blanco, y en la forma de escritura. Además, aquí trato el tema de la familia y la respuesta es verdad que ha sido fuerte, muy fuerte”.
La idea de producir esta versión en castellano surgió de Pedro Larrañaga, hermano de Amparo, quien no dudó en llamar a María Pujalte para que encarnase a otra de las hermanas. “Dije que sí, entre otras cosas porque el personaje que interpreto está bien escrito y bien perfilado. Pero también porque me plantea dificultades actorales y me pone retos”, cuenta la actriz a RTVE.es.
Una cámara fija en la cocinaPujalte –que coincidió en televisión con Larrañaga en la serie Periodistas– resalta de la función la maestría con la que López ha sabido situar “una cámara fija en la cocina de una casa y a tiempo real”. “Recuerda un poco a Chéjov. Parece que no pasa nada pero sí pasa”, concluye.
El teatro nos lo ha dado todo, confiesa Amparo Larrañaga
De su personaje, Irene, explica que es una persona que habla poco y mira mucho, "bastante vital y calmada cuando todo se dispara”. Nada que ver con Inés, la mayor, que es pija, neurótica y creída. “Inés es una mujer que navega por muchas situaciones”, cuenta Larrañaga como quien quiere defender lo indefendible. “Es divertida, pide perdón, es orgullosa, tiene mucho que dar y que perder… Me lo paso bien interpretando, aunque es cierto que este personaje conlleva un registro que no suelo tocar y eso me asustaba al principio”, reconoce.
Quizás también tenga que ver con ese susto el hecho de que es la primera vez que actúa en “su” teatro, algo que, en una familia como la suya, no es un dato cualquiera. “El teatro nos lo ha dado todo”, confiesa refiriéndose a sus padres, hermanos, tíos y abuelos.