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El dormitorio es una de las estancias más íntimas de la casa, particularmente el de una persona adulta.

El dormitorio es una de las estancias más íntimas de la casa, particularmente el de una persona adulta. El dormitorio de los niños puede tener un carácter más abierto, pues en muchos casos es también lugar de estudio y de juegos compartidos. En cualquier caso tanto los muebles que escojamos para esta habitación como los elementos de la decoracion y el color de las paredes dependerán del carácter que queramos dar a la estancia, que de una u otra manera influirá en nuestra disposición anímica.

Una habitación para niños debe ser alegre, sí, pero se aconsejan paredes con colores no agresivos: azules claros, rosados, amarillos suaves, verdes naturales. En este caso, para evitar convertir el dormitorio en un pastiche, el mobiliario que escojamos puede ser en acabados blanco, pino o similar. En cualquier caso, piezas también luminosas. Si, por el contrario, decidimos no dar color a las paredes, o dárselo en un tono muy suave, los propios muebles pueden tener diversas combinaciones de colores en las puertas de los armarios, cajones, etc. La decoracion, en las habitaciones de los niños, acabarán imponiéndola ellos mismos con sus juguetes y dibujos.

Los dormitorios de los adultos admiten tanto mobiliario oscuro como claro, moderno o clásico. Hay dormitorios vanguardistas de líneas frías, sofisticadas, minimalistas. Pero también hay un mueble moderno en el que la madera reina, aportando su naturaleza orgánica. En cualquier caso, la mayor parte de los dormitorios adultos son estancias destinadas al descanso y a la intimidad, en las que la combinación de los muebles con otros elementos decorativos, como alfombras, edredones, cojines, etc. parecen conducirnos en el único sentido de resultar, ante todo y sobre todo, acogedores.