Los trabajadores de la Universidad Complutense protestan en el Rectorado ante los recortes laborales y salariales aplicados directamente por la Universidad
El 24 de julio, los trabajadores de la Universidad Complutense de Madrid se concentraron en el edificio de Rectorado en el que se reunía el Consejo de Gobierno presidido por el Sr. Carrillo (Rector de la Universidad Complutense) para, entre otras cosas, aprobar, sin negociación con los representantes de los trabajadores ni debate alguno con la comunidad universitaria, recortes en derechos laborales y sociales que vienen a sumarse a los ya realizados por el Gobierno y la Comunidad Autónoma y en los que, una vez más, los costes de la crisis siguen repartiéndose de manera profundamente injusta. En la concentración participaron todos los sindicatos con representación en la UCM así como plataformas de trabajadores y otros colectivos. Ante el ruido por la protesta de los trabajadores ante la sala en que se celebraba la reunión, el Rector decidió retrasar la sesión del Consejo de Gobierno de la UCM para esa misma tarde, cuya sesión volvió a celebrarse con decenas de trabajadores concentrados en la puerta. El comunicado del Rector sobre lo sucedido, del que se han hecho eco algunos medios de comunicación, donde alude a la entrada “violenta” de “un grupo” que interrumpió el normal funcionamiento “democrático” de la institución es tan falaz como parcial e insultante ya que no se produjo en ningún momento ningún acto violento por parte de los trabajadores. Nuestro Rector se suma así a quienes minimizan las movilizaciones y denuncias ciudadanas y criminalizan a quienes defendemos la universidad pública, el empleo digno y la transparencia en la gestión de los recursos que todos pagamos. Agravando aún más la situación que atravesamos los empleados públicos, el personal laboral de administración y servicios de la UCM verá recortada su nómina entre 300 y 600 euros mensuales de aquí a diciembre, lo que significa que muchos y muchas pasarán a cobrar menos de 1000 euros mensuales mientras que, al parecer, no falta en la misma Institución quien cobra más que el Presidente de Gobierno. Medidas como estas y actitudes autoritarias e insultantes como las que destila el comunicado del Rector no pueden ni deben quedar sin respuesta.