Ferrari Classiche hizo entrega recientemente de uno de los coches más interesantes que jamâs han abandonado la fâbrica: un 275 GTB4 que perteneció en su origen al legendario actor americano Steve McQueen.

El nuevo propietario trajo el vehículo a Ferrari Classiche para el proceso de autenticación de la compañía, sabiendo que en algún momento, durante los años ochenta, cuando pertenecía al anterior dueño, el coche había sido convertido en spider. En virtud de las disposiciones relativas al proceso de certificación, un Ferrari sólo puede ser autenticado si tiene exactamente las mismas especificaciones que cuando abandono la factoría. Para ello, el nuevo propietario decidió sabiamente devolver al vehículo su forma original de coupé y Ferrari Classiche se ha hecho cargo de la restauración, reproduciendo el techo y los pilares con paneles de acero moldeados a mano. Un Ferrari continúa siendo una excelente inversión, como se ha demostrado en un reciente reportaje de Business Week sobre los 35 millones de dólares pagados por un 250 GTO que se construyó para Stirling Moss. El pago de este precio, que constituye un nuevo récord mundial, coincide con la celebración del 50º aniversario del lanzamiento, en 1962, de esa homologación especial (de ahí la designación Gran Turismo Omologata), de la que sólo se realizaron 36 ejemplares, y que logró una serie interminable de victorias en competiciones de GT a comienzos de los sesenta, victorias que culminaron con tres títulos consecutivos de Constructores en 1962, 1963 y 1964. El Ferrari 250 GTO ha sido reverenciado en los círculos de coches clásicos durante décadas por la combinación de su aspecto pura sangre, sus prestaciones y su palmarés en competición y, en 1990, un ejemplar de 1962 establecía entonces el precio récord de 10.756.833 dólares en una subasta. Este récord ha permanecido vigente durante 18 años, hasta que fue batido en 2008 por otro Ferrari, un 250 California de 1961, vendido en Maranello por 10.910.592 dólares a través de RM Auctions en colaboración con Sotheby. Ese récord fue superado de nuevo en 2011 por la venta en 16,39 millones de dólares de un 250 Testa Rossa de 1957, hecho que ocurrió en Pebble Beach. La implicación directa de la compañía ha tenido una contribución importante en el interés que se ha despertado durante estos últimos años por los Ferrari clásicos, con un departamento dedicado a proporcionar certificados de autenticidad que dan testimonio de la originalidad del coche. Creado en 2006, Ferrari Classiche ha procesado hasta la fecha más de 3.300 requisitos de certificación, utilizando las exhaustivas grabaciones de los archivos de la compañía y los diseños originales.  Artículo publicado en Ferrari