El mercado de vehículos de ocasión está en buen momento debido a los efectos de la crisis económica. Cada día hay más coches de segunda mano en venta, de características muy diversas. Para aprovechar la mayor oferta y los precios más ajustados es recomendable que el consumidor conozca algunas claves que le faciliten una mejor compra.
El mercado de la compra-venta de automóviles se compone de dos canales de comercialización principales: los concesionarios de vehículos de ocasión y las ventas entre particulares. La segunda opción representa la mayoría de las transacciones, en torno al 58% del mercado. Por eso es importante que el comprador conozca las características diferenciadas que ambos ofrecen. Los coches en venta de las empresas especializadas en vehículos de ocasión deberían tener un año de garantía, elemento del que carecen las ofertas de particulares. Sin embargo, el mercado individual tiene mayor margen de negociación entre comprador y vendedor, lo que se traduce en precios más ajustados. Se podría plantear un dilema entre mejor precio y mayor calidad y confianza, en términos de mantenimiento del vehículo, entre ambas ramas. Pero ¿por qué no disfrutar del mejor precio posible y confiar la calidad de producto al mismo tiempo? Si los compradores fuesen capaces de valorar el estado de conservación del automóvil fácilmente y sin coste añadido, la opción del compra-venta de particulares tendría una ventaja competitiva considerable. De hecho la adquisición de coches usados entre familiares y conocidos, sobrepasa el 60% del total de traspasos entre particulares. Los expertos dan una serie de claves para que el comprador sea capaz valorar el precio real de mercado del vehículo en cuestión. Se recomienda el chequeo de un mecánico para cuestiones específicas como la revisión del aceite, de las pastillas de frenos, los amortiguadores o el desgaste del embrague. Aunque todo usuario, incluso el más ajeno al mundo del motor podría realizar un análisis rápido y certero, por ejemplo siguiendo los siguientes consejos.
Comprobar la Tarjeta de Inspección Técnica para averiguar el año de origen. Consultar en la DGT los datos del automóvil, lo que permitirá conocer el número de propietarios que lo han disfrutado. Recordar gestionar el cambio de titularidad después del traspaso y así evitar las cargas económicas anteriores, como las multas. Revisar el estado de los neumáticos, de la carrocería, comprobando el cierre de las puertas y el maletero (posibles golpes mal reparados), pequeños detalles como el desgaste del asiento del conductor, de su alfombrilla, o la inspección del libro de mantenimiento, puede ofrecer pistas sobre el propietario anterior.