La Republica de Venecia fue escenario durante el Settecento del nacimiento de la figura del cicisbeo, acompanande de damas nobles que es ampliamente representado en obras pictoricas y literarias del sigloi de las Luces.
Resulta difícil de creer que fue una excedencia de hombres en edad de casarse lo que dió origen a una de las figuras más representativas del siglo de las luces en Italia y en especial en Venecia. Y sin embargo, fue precisamente ese el motivo que condujo a la aparición de la figura del cicisbeo, el acompañante, no marido de la dama, que a veces encontramos como actor secundario y otras veces como protagonista de importantes obras del Settecento.
El cicisbeo era en general uno de los hijos menores de la familia, condenados al celibato o al seminario por no haber nacido primogénito. Estos ultimos heredaban todo el patrimonio familiar, por lo que dejaban a sus hermanos, miembros de la noble sociedad, la alternativa de una vida religiosa o una existencia de relativo lujo al lado de una dama. Muchos, como es de imaginar, elegían la segunda opción.
Los hombres identificados como cicisbei que aparecen en obras de artistas como Tiepolo y Longhi, eran elegidos por la familia y el entorno mas cercano de las jóvenes incluso antes del marido. De hecho, era habitual que el marido conociese antes del matrimonio a la persona con quien su esposa pasaría la mayor parte del tiempo.
Las escenas representadas en las obras del Settecento que tienen como protagonista los cicisbei son en general fieles a las labores a las cuales debían dedicar su tiempo y a las circunstancias en las que se encontraban en su día a día. Siendo su deber el asistir fielmente a la dama, los cicisbei presenciaban la toeletta por la mañana, acompañaban a la dama a pasear o al teatro, recitaban versos y conversaban.
Tal fue la importancia de esta figura en Venecia durante el decimoctavo siglo que durante los días de carnaval no es extraño ver por las calles una mascara dedicada a los cicisbei, en particular al cicisbeo del Decameron de Boccaccio. El personaje era de hecho un habitual en las sátiras de la comedia italiana como las del legendario Goldoni, pero se encuentra también en obras líricas como Las Bodas de Fígaro.
Las referencias sin embargo no terminan ahí, pues estos gentiles hombres venecianos, conocidos también como cavalieri serventi, son ampliamente representados en la cultura literaria que floreció en el Seteccento, en obras como las memorias de Alfieri y los poemas de Parini.
La relación entre la dama y el cicisbeo debía ser, sobre el papel, de carácter no amoroso. La relación que se establecía tenía de hecho en la mayoría de los casos un carácter platónico, en la cual el noble servía de confidente y amigo a la doncella, de garante de la figura del marido en las salidas públicas de la esposa y de conversador para ella y para su entorno más cercano.
Venecia está llena de reclamos a esta particupar figura que en el resto de Europa encontró sea apoyo que detractores. La próxima vez que os hospedéis en un hotel de Venecia, visitad la ciudad y abrid bien los ojos, veréis como en muchísismas obras de arte aparece el perfil del cavalier servente.
Escrito por Alba L con la colaboración del mejor hotel de Venecia. Visita Hotel Canal Venecia para mas información