"El mix energético nacional no puede prescindir del gas, porque puede ser uno de los sectores que tiren de nuestra economía", afirma en sus conclusiones el informe "El impacto del sector del gas en la competitividad y el empleo", realizado por el IESE y que se ha presentado esta mañana en Madrid.

 

El estudio, elaborado por  la Cátedra José Felipe Bertrán de Gobierno y Liderazgo en la Administración Pública del IESE, destaca datos como que el sector genera 90.000 puestos de trabajo directos e indirectos de calidad; es competitivo en precios (un 15% más barato en gas industrial que el resto de Europa); reduce los costes energéticos y las emisiones; tiene asegurado el suministro y mejora la competitividad de las empresas. 

En el acto han participado Guillermo Mariscal, portavoz del Grupo Parlamentario Popular en la Comisión de Asuntos Exteriores y Cooperación; José Segura, portavoz del Grupo Parlamentario Socialista en la Comisión de Industria, Energía y Turismo; José Ramón Pin, profesor del IESE y co-autor del estudio; Esperanza Suárez, colaboradora del IESE y co-autora del estudio, y Antoni Peris, presidente de Sedigas. Todos han coincidido en señalar el carácter estratégico del sector, frente al coste de apoyar modelos no sostenibles económicamente, que dan lugar al encarecimiento de la electricidad industrial y a la pérdida directa de la competitividad de las empresas establecidas en España.

Y es que, tal y como muestra el estudio, la industria gasista española tiene una capacidad de inversión de 1.000 millones de euros al año -van sumados más de 13.000 millones desde el año 2000-; el gas es la segunda fuente de energía primaria en España (23,6%), por detrás del petróleo (47,4%), según datos de 2010; y España es el tercer país del mundo en gas natural licuado y tiene la posibilidad de generar un gran negocio, si se convierte en el lugar clave e idóneo para la creación delhub gasista al sur del continente.

Más de 13.000 millones de euros en inversiones que crean valor

El sector gasista español ha invertido, desde el año 2000, 13.163 millones de euros, que no solo han servido para mejorar y hacer crecer al sector del gas, sino que también han impactado positivamente en otros sectores en situaciones difíciles, como el de la construcción, al estar involucrado en el despliegue de nuevas redes. Estas inversiones también han sido importantes para la creación de empleo, puesto que el sector del gas no aporta únicamente nuevos puestos de trabajo, sino una cualificación útil e interesante considerando el alto nivel de desempleo y con alta sobrecualificación de nuestro país.

El gas, en los últimos años, ha aportado a nuestra economía entre 7.000 y 8.500 millones de euros de Valor Añadido Bruto, ya sea a través de la rama principal del negocio  (regasificación, almacenamiento,  transporte y distribución, y comercialización de gas natural), como de las infraestructuras y los sectores de transformación primaria de energía (centrales de ciclo combinado y cogeneración a gas). Y supone actualmente el 0,5% del PIB español.

El sector del gas español sí es competitivo

El precio del gas en el sector industrial es un elemento primordial, ya que contribuye de manera directa a la competitividad de las empresas. El precio de España es un 15% inferior al de la Europa de los 27, siendo el tercer país europeo con el precio del gas industrial más competitivo, por detrás de Holanda y el Reino Unido, lo que le da una oportunidad clave en el mercado.

Por otro lado, España es el principal país europeo en gas natural licuado (GNL) y el tercero a nivel mundial en número de terminales de regasificación —por detrás de Japón y EEUU—, según los datos de la CNE, elemento que lo convierte en el país más diversificado y seguro de Europa como proveedor. Tal y como muestra el estudio del IESE, este elemento es además clave para asegurar nuestro suministro energético, porque el gas cubre la demanda en todo momento, algo esencial si consideramos que la dependencia energética de España alcanza el 80%.

España, hub del sur de Europa

Nuestro país podría convertirse en el hub del gas del sur de Europa, aprovechando la amplia seguridad de suministro de España, si creara un mercado sin restricciones físicas ni logísticas. Según el estudio del IESE, el incremento de las interconexiones contribuiría muy positivamente a la disminución de la dependencia de Rusia, objetivo de la UE, a la vez que sería clave para la integración de las energías renovables, dada la flexibilidad que aportan las infraestructuras de GNL.

En este sentido, el sector del gas se está posicionando para impulsar la conexión MIDCAT, que supondría una mínima inversión para nuestro país y, sin embargo, podría reportar hasta 114 millones de euros anuales, a causa del aumento de la utilización de las infraestructuras del sistema. Este gasoducto nos uniría con Francia a través de Cataluña y vehicularía el gas hacia Europa, procedente de Argelia, a través del recién inaugurado Medgaz y de otros 12 países, y utilizando las seis plantas de regasificación que existen en nuestras costas. Todo ello favorecería de una manera clara la futura consecución del hubgasista.

Artículo publicado en IESE