Que Internet y la web 2.0 no te confundan. El enorme poder de seducción del mundo digital puede hacernos más dependientes del mundo online y dejar de lado el mundo offline y, por tanto, es importante conocer estos riesgos para ponerles límites.
Que Internet y la web 2.0 no te confundan. El enorme poder de seducción del mundo digital puede hacernos más dependientes del mundo online y dejar de lado el mundo offline y, por tanto, es importante conocer estos riesgos para ponerles límites. Esta reflexión surge después de haber visto la genial y famosa campaña de Nestea llamada “El Día Isma”.
Esta campaña publicitaria está centrada en Ismael Durán (@elbicharraco), una persona que estaba enganchadísima a Twitter. Estaba atrapado en su día a día por la web 2.0 y vivía una vida “más virtual que real”. Sus amigos y su mujer, con la colaboración de Nestea, deciden engañar a Ismael haciéndole creer que es el protagonista de un documental por sus miles de seguidores en Twitter y generan un plan llamado “Estate a lo que estás” para que intente desconectar de las redes y lleve una vida “más real”. La idea de recuperar una vida y la gran estrategia de storytelling elaborada han contribuido a dar un resultado espectacular y que ha alcanzado gran viralidad por el mundo entero.
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Internet y la web 2.0 me encantan como herramientas sociales y profesionales, ya que nos han abierto un mundo de posibilidades de comunicación inimaginables hace años. Desconectar de ellas no es vivir, pero tampoco los excesos suelen ser buenos. El mundo virtual nos puede llevar a no estar en contacto con quienes nos rodean y pasar así a ser un poco solitarios. Los jóvenes estamos más adaptados al mundo virtual que los mayores y, en general, tenemos una gran dependencia a las redes sociales. No es un problema de Internet ni de la web 2.0, sino que es un problema de educación y todo surge por las carencias emocionales que uno pueda tener y la falta de autocontrol ante el potente poder de seducción de las redes sociales. Necesitamos conocer los peligros de los excesos virtuales y ponerles freno.
Y cuidado, porque…el mundo 3.0 llama a la puerta. Esta maravillosa evolución nos trae un riesgo de dependencia mayor. Vamos a evolucionar del mundo 2.0 al mundo 3.0, es decir, pasaremos a vivir en un mundo digital hiperconectado, inteligente, intuitivo, etc. La difusión de la información será más veloz, habrá una gestión más inteligente de los datos, los contenidos serán más accesibles, habrá una hiperconexión de terminales, el mundo 3D se asentará cada vez más, etc. Va a suponer un gran cambio en los estilos de vida y los modelos de negocio y, por tanto, los riesgos de dependencia van a ser cada vez mayores.
En definitiva, disfruten de las increíbles herramientas de Internet y la web 2.0, pero no olviden que el mundo virtual no es más que una amplificación del mundo real. Los excesos no son buenos y no hay nada como disfrutar de los pequeños momentos en compañía de los familiares y amigos. Y a mis lectores, que a muchos os he conocido virtualmente a través del blog, espero tener el placer de conoceros algún día en persona.
Artículo publicado en El Blog de Manuel Guillermo Silva