Adolfo Suàrez, Mijail Gorbachov, Yasser Arafat o el Dalai Lama tienen una cosa en común: todos eligieron el Barceló Formentor para su descanso y en sus estancias todos se alojaron en la misma habitación, la suite 113.
El Barceló Formentor no es sólo un hotel, un repaso a su historia da cuenta de su carácter de punto de encuentro de grandes mentes, tanto en el arte, como en la política. El hotel fue escenario entre los años 1999 y 2004 de los seis Foros Internacionales Formentor, unos encuentros que congregaron a jefes de Estado e importantes políticos del arco mediterráneo, como Yasser Arafat y Simon Peres, o el entonces presidente español José María Aznar. Además, en septiembre de 1995 el hotel fue sede de la Cumbre Europea, que reunió a los quince gobernantes de la Unión Europea.
Pero el Barceló Formentor no ha sido únicamente sede de foros y cumbres internacionales, sino que los mandatarios que acudían a estas reuniones también elegían el hotel para sus vacaciones, y todos tienen algo en común: se alojaron en la suite 113.
Durante mucho tiempo fue la mejor habitación del hotel. Con salida directa al jardín, estupendas vistas y mayor amplitud que el resto, se destinaba a los clientes más importantes, aunque podía ocasionar problemas de seguridad, por su fácil acceso desde fuera; una dificultad que siempre se trataba de salvar.
Por ejemplo, cuando el presidente del Gobierno Adolfo Suárez estuvo allí con su familia, se instalaron en el jardín unas garitas de seguridad entoldadas que, además de utilizarse como lugar de vigilancia, sirvieron para que los hijos de Suárez las escogieran para sus juegos.
Un improvisado discurso a la nación y líderes clave en la historia
El alemán Helmut Schmidt se hospedó en el hotel en varias ocasiones, aunque es especialmente significativa su estancia en la Navidad de 1979. Fue entonces cuando se produjo la invasión rusa de Afganistán, concretamente en la víspera de Navidad de ese año. Antes de llegar a Mallorca, en entonces canciller había grabado el tradicional mensaje a la nación con motivo de las fiestas, sin embargo, consideró que los acontecimientos políticos le obligaban a cambiar su contenido. Desde una habitación del hotel, que tuvo que ser acondicionada de forma rápida e improvisada, la televisión alemana retransmitió su nuevo discurso.
Por la 113 pasó igualmente Mijaíl Gorbachov. El que es uno de los líderes clave de la historia contemporánea, y que ha sido homenajeado recientemente en su 80 cumpleaños, llegó al Barceló Formentor acompañado de su hija y de su nieta, muy deprimido por la muerte de su mujer, buscando calma para el duelo. Por otro lado, durante la Cumbre Europea, como los quince jefes de Gobierno o presidentes no cabían en la 113, el privilegio fue para el anciano presidente de Grecia, Andreas Papandreu.
Grandes caprichos frente a austeridad absoluta
De todos las personalidades que han pasado por la suite 113, son muchas las que han dejado anécdotas consecuencia de sus caprichos. Es el caso de los jeques árabes, por ejemplo, el emir de Abu Dhabi. Sus guardaespaldas velaban noche y día en los accesos y junto a su puerta y causó especial curiosidad que éstos, sin abandonar sus puestos, se fueran cambiando de ropa según la hora y el día, y que su alimentación consistiera únicamente en gambas y Coca-Cola. El séquito ocupó una planta entera del hotel y el jeque, encantado con el lugar, pensó en comprar la península de Formentor y mandar construir un puente para unirla con la pequeña isleta.
Especialmente llamativo es el caso de Haile Selassie, emperador de Etiopía. El ‘Rey de Reyes’, utilizó para todas sus comidas la cubertería de oro de la que disponía el hotel, aunque sus caprichos también se extendían a sus animales de compañía: su perro desayunó nata montada todas las mañanas.
Bien distinta fue la estancia del Dalai Lama en la misma habitación. El líder religioso del Tíbet se alojó en el hotel durante una semana en 1990, y consta que no utilizó la cama: durmió en el suelo, según su costumbre. A la puerta de la suite 113 dos monjes budistas permanecieron sentados e inmutables, noche y día; una seguridad inerme que contrasta con la desplegada por la guardia personal de Yasser Arafat, rodeado siempre por seis hombres armados, que vigilaban atentos a cuanto podía ser un peligro para el mandatario palestino.
Pero no es necesario ser un mandatario internacional para disfrutar de una estancia en una de las mejores habitaciones del hotel. Desde 878€ por noche, el huésped puede alojarse en el hotel más icónico de la isla de Mallorca y un referente del turismo en el Mediterráneo desde 1929, que abre de nuevo sus puertas esta temporada el próximo 21 de abril.