El almacenamiento en la nube

Si a principios del pasado año 2010 se prestaba atención a las opiniones de los expertos sobre el futuro del almacenamiento en la nube se podía advertir que casi con unanimidad las previsiones de futuro que se auguraban para este tipo de servicios a corto plazo eran francamente buenas incluyéndose predicciones tan optimistas como las que aseguraban un crecimiento casi en progresión geométrica hasta el año 2014 o 2015. La realidad, en este caso las sensaciones, nos indican que a pesar de que los servicios “en la nube” han mejorado tanto en prestaciones como en definición y especializaciones como más adelante veremos, la progresión al menos de momento no parece ser tan vertiginosa como se auguraba.

En el origen de estos servicios subyace la idea de proporcionar al usuario espacios físicos en entornos virtuales; espacios donde el usuario pueda almacenar, organizar y trabajar sobre archivos que ya no tienen por qué estar alojados en el dispositivo de conexión ni ocupar espacio en el mismo. La idea en sí misma es una continuación lógica de los servicios y posibilidades que Internet brinda sin embargo choca de plano con dos de las grandes reticencias de un buen número de usuarios de la red; por un lado la seguridad de lo almacenado y por otro la virtualidad total del entorno frente a la disposición del usuario acerca de su backup.

En la primera de las reticencias, ni que decir tiene, que todas las propuestas de estos servicios vienen acompañadas de garantías absolutas de seguridad, diseño web y acceso sobre lo almacenado. A pesar de que, evidentemente, la seguridad es un asunto espinoso, lo cierto es que la propia base de los servicios en la nube descansa sobre la misma por lo que de partida podemos aceptar como buenas las garantías ya que, como decíamos, en sí mismas constituyen buena parte del modelo de negocio de quien ofrece los servicios. La segunda reticencia resulta más compleja ya que afecta directamente a la mentalidad con la que los usuarios utilizan la red. Nos guste más o menos reconocerlo aun buena parte de los usuarios no se han desprendido del concepto de la presencia física de los archivos a favor de la virtualidad absoluta de su alojamiento.

La posesión personal del backup en almacenamientos físicos no virtuales tiene mucho peso y parece cuando menos complicado romper esta tendencia al menos en un futuro a corto plazo. Sin embargo si parece que el camino de la especialización de los servicios en la nube tiene un futuro inmediato más despejado. Por norma general, no solo en Internet, cuando el usuario concibe un servicio de modo especializado como una utilidad para determinadas acciones tiene más tendencia a su aceptación que servicios excesivamente generales que pueden llevar a confusiones en los conceptos y las acciones.

Dos ejemplos de esta especialización podrían ser respectivamente los caminos de Dropbox y Uploadingit. La vocación de Dropbox hace que supere el concepto de almacenamiento a favor de la sincronización e interacción de usuarios sobre los archivos. El concepto no solo resulta interesante desde el punto de vista de la posesión de un backup virtual que permita la continuidad en el acceso a los archivos en prevención de problemas sobre el backup físico sino que la posibilidad de sincronización hace que resulte muy atractivo en cuanto a la interacción de usuarios diversos sobre los mismos archivos, utilidad realmente potente y francamente interesante.

Uploadingit por su lado ofrece realmente un disco duro virtual en la red. Nos presenta características interesantes más allá del almacenamiento que puede ir desde el encriptamiento de archivos, la creación de directorios personalizados, la unión y compresión de archivos diferentes, además del uso directo de archivos audiovisuales. A lo anterior debemos unir el hecho de la no limitación a un único elemento en la subida y la facilidad del manejo del propio alojamiento.

Como vemos dos servicios basados en el mismo concepto pero desarrollados en diferentes direcciones, ambas igualmente validas y útiles ante demandas concretas de los usuarios como en este caso pueden ser la combinación de almacenamiento, diseño web y acceso a compartir archivos o la necesidad de espacio de almacenamiento organizado y accesible. Resulta aventurado asegurar o no que los crecimientos previsto para los servicios de almacenamiento en la nube se cumplirán pero lo que si resulta claro es comprobar cuales son las señas de identidad que influirán de manera notable en esos resultados.