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Naturaleza, historia y gente hospitalaria en el país verde

Eslovenia es un pequeño y verde país en el que los Alpes se juntan con el Mediterráeo. Con un cerca dos millones de habitantes, su superficie es en gran mayoría arbolada y es una auténtica delicia para amantes de la naturaleza, el senderismo o el ciclismo. Su favorecida situación geográfica, al pie de los Alpes Julianos y su pequeño tamaño hacen que lo mejor sea alquilar un coche y dedicarse a descubrir las maravillas que tiene que ofrecernos este país de leyendas medievales. En Vitaminas Halcón, te contamos algunas de ellas.

 

Ljubliana significa en esloveno amada. Y amada parece por el monte Golovec, que la acoge y protege a sus pies, vigilada por el castillo que hay en su cima, una de las visitas principales de la capital de Eslovenia. El casco histórico de Ljubliana está plagado de edificios históricos que recuerdan a la arquitectura austriaca típica de Salzburgo, y de hermosos puentes que cruzan el río Ljublianica, como el puente de Jorge.

En plenos Alpes Julianos, quizá el gran tesoro de Eslovenia, se encuentra el Parque Nacional de Triglav. En él se puede visitar el lago de Bohinj, famoso por los cambios de color de sus aguas durante el día, o la localidad de Bled, famosa por sus aguas termales, uno de los puntos turísticos fuertes del país. Amantes del senderismo, el ciclismo y los paisajes naturales en general, no pueden perderse este viaje.

Y volviendo a las ciudades de Eslovenia, no podemos pasar por alto la hermosa Piran. A una hora de Ljubiana, esta ciudad de calles empedradas en la costa norte del Adriático, tiene un marcado ambiente medieval y muchos lugares que merecen la pena visitar: la plaza Tartini, la iglesia de San Jorge o el Puerto de Piran.

¿Pero qué sería de Eslovenia sin los eslovenos? Gente con fama de hospitalarios y trabajadores, te aconsejarán a buen seguro disfrutar de la deliciosa gastronomía tradicional de su país. Puedes hacerlo en restaurantes llamados golstina, y probar un plato típico por excelencia de Eslovenia: el cevapcici. Acompáñese con un buen vino esloveno.