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Los menores pasan una media de 5 horas diarias antes las pantallas, un periodo que aumenta en verano debido a que no tienen colegio ni deberes

El verano ya está aquí y con él también han llegado los largos ratos en los que los niños se quedan solos en casa con la única compañía de dispositivos como smartphones o tablets. Los más pequeños pasan unas cinco horas de media diarias ante las diferentes pantallas durante todo el año, según la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación, un tiempo que aumenta en la época estival al estar liberados de ir al colegio y de los deberes.

Éste no es un hecho desconocido para los padres, cuya preocupación por lo que hacen sus hijos en Internet también aumenta con la edad de los pequeños. De hecho, el estudio ‘Menores e Internet: la asignatura pendiente de los padres españoles’ elaborado por Qustodio, plataforma de seguridad y bienestar digital para familias, revela que el grado de preocupación alcanza su máximo nivel cuando los niños tienen entre 9 y 14 años.

La edad de los niños y el tiempo que pasan frente a las pantallas influyen mucho en la preocupación de los padres, pero ¿de qué se preocupan exactamente y por qué lo hacen? Desde Qustodio han querido dar respuesta a estas preguntas analizando los 5 miedos más comunes de los padres españoles sobre el uso de Internet que hacen sus hijos:

Hablar con desconocidos No es raro que a partir de los 12 años (o incluso antes) los niños empiecen a hablar con otras personas a través de redes sociales, apps de mensajería o videojuegos online. Entre estas personas se encuentran amigos del colegio, pero también totales desconocidos que ocupan un tercio de sus listas de contactos, según cifras del Ministerio del Interior. Algo que preocupa mucho a los padres, ya que nunca se sabe con certeza quién está al otro lado de la pantalla y qué intenciones tiene.

Pornografía La edad media en la que los niños empiezan a consumir contenidos pornográficos online se sitúa en los 14 años, aunque se han dado casos en los que el primer contacto se da a los 8, según advierte un estudio de la Red Jóvenes e Inclusión Social y la Universitat de les Illes Balears. Este contacto no siempre es a propósito, ya que a veces se puede acceder de forma accidental a través de banners o pop-ups que aparecen en páginas de videojuegos, series o películas online.

Contenidos violentos 24 horas después del atentado a la mezquita de Christchurch (Nueva Zelanda) del pasado marzo, Facebook retiró hasta 1,5 millones de copias del vídeo que grabó y difundió en streaming el autor de la masacre. Este suceso demostró que las escenas reales de violencia no se quedan en los rincones más oscuros de Internet, sino que pueden acabar muy fácilmente en redes sociales siendo vistas por niños de todas las edades.

Apuestas Pese a que el juego online en España está prohibido para los menores de edad, un 20% de los jugadores ya apostaba en Internet antes de cumplir la mayoría de edad, según un informe de la Universitat Oberta de Catalunya. Es un hecho que en España hay menores apostando online y no solo a través de los típicos casinos online. Y es que la Dirección General de Ordenación del Juego decretó que las cajas de botín, un mecanismo que utilizan muchos videojuegos online para vender recompensas aleatorias, pueden ser consideradas como apuestas online.

Retos virales Las clásicas cadenas de mails que amenazaban con “si no reenvías esto a veinte contactos algo muy grave le pasará a tu familia” se han convertido hoy en día en peligrosos retos virales por WhatsApp que pueden inducir a la autolesión y el suicidio de los menores de edad. El famoso reto de la “Ballena Azul” o las advertencias de “Momo” pueden resultar absurdas para un adulto, pero son muy peligrosas para los niños, ya que son mucho más influenciables.

“Los niños no son tan conscientes como los adultos respecto al uso que hacen de Internet, lo que puede llevarlos a situaciones desagradables o incluso de peligro”, destaca María Guerrero, psicóloga experta Qustodio. “En estos días de tanto tiempo libre no sirve de nada prohibirles el acceso a Internet”, continúa, “por lo que hablar con ellos sobre estos posibles peligros, educarlos y prever las amenazas con herramientas de gestión y control como Qustodio son los mejores caminos para que los niños hagan un buen uso de sus dispositivos”.