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Cuando el Plan Pive se encontraba en vigor, el número de vehículos achatarrados era mucho menor. El nombre oficial de los desguaces es Centro Autorizado de Tratamiento (CAT), que es el sitio donde deben llevarse a los automóviles para achatarrarlos. Para frenar todo el proceso de envejecimiento del parque español, el sector automóvil le exige al gobierno que actúe frente a la situación

Últimamente, encontrar en un desguace de coches como pueden ser http://www.desguacemanuelybenito.com/ o https://www.autodesguacesbenacazon.com/ o un recambio se ha vuelto una misión realmente imposible, debido a que, al acudir a un cementerio de coches para la búsqueda de una pieza más económica de lo que pueda costar una nueva, la gente se enfrenta a la posibilidad de encontrarse con más fe una falla en la misma. El hecho de que cada vez es más larga la vida de los automóviles, incide directamente tanto en el medio ambiente, como en la seguridad, trayendo como consecuencia a su vez, una menor cantidad de coches que se achatarran.

Según datos reveladores emitidos por la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) en 2017, se obtuvo un 56% en achatarramiento de vehículos, lo que quiere decir que solo 56 vehículos viejos se enviaron al desguace en España de 100 nuevas matriculaciones que se produjeron.

Comparándola con los años anteriores, se puede notar que esta cifra es significativa y notablemente baja, además, cuando el gobierno lanzó planes de incentivo para la compra de automóviles en años anteriores, era mucho mayor la tasa de achatarramiento que existía, debido a que se beneficiaban de las ayudas para la compra de coches nuevos, mediante la obligación de dejar el coche viejo. De hecho, desde la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) resaltan que “Este porcentaje fue del 100% en algunos momentos en que estaban en vigor planes de incentivo al achatarramiento de coches viejos por la compra de uno nuevo (Planes PIVE)”.

Un total de 611.446 automóviles se achatarraron en 2016, siendo un 11,3% menos que en el año 2015, cuando pasaron por los CAT, siendo notable la diferencia con un total de 689.760 coches y un 27% menos que en el año 2010, lo que se hace una diferencia más notable aun, con un total de 839.637 automóviles viejos.

Cuando el vehículo es dado de baja, se debe al fin de su vida útil, por lo que, llegado ese momento, su dueño debe llevarlo al Centro Autorizado de Tratamiento para comenzar a realizar los trámites necesarios, para así, según los parámetros que establece la ley, no sólo proceder a la trituración y achatarramiento, sino contribuir con el medioambiente a través del reciclaje y recuperación de piezas del vehículo que se encuentren en buen estado. De esta manera, antes de que los coches sean achatarrados, los mecánicos pasan a desmontar y limpiar cada una de las piezas que puedan tener vida en otro coche para su próxima venta, actividad que se hace más difícil cada vez, puesto a la escaza llegada de vehículos viejos al CAT.

Y es que el mayor problema de estos coches viejos es que atentan contra el medio ambiente, ya que tienden a ser más contaminantes, así como son mucho más inseguro, según los datos de siniestralidad de la Dirección General de Tráfico (DGT), los cuales muestran como en 2017 se produjeron un total de 1.067 accidentes de tráfico mortales por coches que poseían una antigüedad de más de 12 años y en las cuales llegaron a fallecer 1.200 personas. Ante esta amenaza, la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (Ganvam), ha solicitado la retirada de autos viejos mediante un plan de achatarramiento e incentivo de compra para uno más nuevo y eficiente.