El juguete es el producto estrella de Navidad, pero puede convertirse en una preocupación para los padres que buscan garantizar la seguridad de sus hijos. En 2016, el 34% de las alertas notificadas en España a través de la Red de Alerta Europea sobre productos no alimenticios correspondieron a juguetes. La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición los dio a conocer por suponer un riesgo grave a las personas.
Para ayudar en la elección de juguetes seguros, TÜV SÜD, empresa que verifica de forma imparcial si el producto cumple con los requisitos esenciales de la Directiva de Seguridad de Juguetes de la Unión Europea, detalla los puntos clave a la hora de elegir un juguete.
Consejos para comprar juguetes seguros en Navidad: ¿En qué fijarse cuando se compra un juguete?
En primer lugar, el etiquetado aporta mucha información. Debe contar con el marcado CE, es necesario seguir siempre la recomendación de edad de uso indicada y hay que revisar si existe algún riesgo inherente advertido por el fabricante.
En segundo lugar, hay que comprobar que no tenga partes cortantes o punzantes y si tiene partes sobresalientes, hay que comprobar que no resulten peligrosas. Asimismo, si el juguete es de pequeño tamaño o contiene piezas pequeñas existe la posibilidad de que el niño muerda o arranque con los dientes piezas pequeñas del producto que puedan ocasionar una obstrucción de las vías respiratorias.
Por otra parte, el juguete debería dejar pasar el aire y no tapar la boca ni la nariz del niño lo cual podría ocasionar la obstrucción de las vías respiratorias internas. Además, si existe un hueco o espacio vacío entre las piezas del juguete podría causar un aprisionamiento de dedos, brazo, cuello, cabeza, tronco o ropa, etc.
Otro elemento en el que fijarse son las superficies resbaladizas, las cuales puedan producir resbalones o caídas. Si el juguete es inestable o tiene poca resistencia mecánica puede ocasionar caídas o golpear o caerle a alguien encima.
Si el juguete cuenta con partes giratorias que puedan causar que la ropa, el pelo o un miembro de una persona quede atrapado en las piezas giratorias y pueda ser aspirado por ellas. Asimismo, si el juguete obliga a posturas perjudiciales, sobreesfuerzos o es inadecuado anatómicamente podría ocasionar esguinces o dificultar su manipulación.
Si el juguete es eléctrico, hay que revisar los voltajes para evitar descargas eléctricas y posibles electrocuciones al tocar un elemento conductor de alto voltaje. Asimismo, hay que evitar que se produzcan sobrecalentamientos que puedan causar quemaduras al tocar el juguete o bien de que el juguete emita vapor, etc.
El juguete no debería arder de forma descontrolada en el caso de que esté en contacto con una llama. A veces no es posible evitar una cierta propagación de la llama, pero si ésta es controlada dará tiempo a reaccionar. Además, hay que comprobar si cuenta con superficies que puedan calentarse para evitar que los niños la toquen y se puedan quemar.
Hay que prestar especial atención al símbolo y advertencias que indican que un juguete no es apto para niños menos de 3 años. El juguete a estas edades debe componerse de grandes piezas para evitar el riesgo de asfixia. Por eso, si juegan niños de diferente edad, no hay que dejar que los más pequeños jueguen con los juguetes de los mayores.
Algunos juguetes como patinetes, patines o bicicletas requieren el uso de una protección extra adecuada. Asimismo, es conveniente eliminar todos los embalajes una vez abierto el juguete porque pueden suponer un riesgo de asfixia. También se recomienda comprobar regularmente el estado de los juguetes y retirarlos si se encuentran en malas condiciones.
Además de estas recomendaciones, la supervisión de los niños mientras juegan y jugar con ellos es primordial para garantizar su seguridad. A ser posible, los juguetes deberían comprarse en tiendas especializadas, online o física, pero que transmitan confianza. Por último, es importante leer, seguir detalladamente y conservar las instrucciones, no suelen ser extensas y, en algunos casos, contienen información de mantenimiento para asegurar el óptimo funcionamiento y seguridad de uso.
¿Qué hacer si se detecta un juguete que no es seguro?
El juguete es uno de los productos más normalizados en Europa con objetivo de asegurar su conformidad y seguridad. De todas maneras, si se detecta un juguete defectuoso hay que avisar al fabricante o a la tienda donde se compró.
Si se detecta una no conformidad grave, el producto se retira inmediatamente de la venta y se genera una alerta a nivel europeo para que los países de la UE procedan de la misma manera y se retire cuanto antes el producto de los puntos de venta.