En un libro enfáticamente titulado "Ni Trump, ni Merkel, ni Rajoy" el autor madrileño se muestra contrario a las políticas de austeridad y el neoliberalismo
"Sin impuestos, no hay Estado Social; y sin Estado Social, no hay justicia redistributiva en forma de más escuelas, hospitales, pensiones y demás derechos… Sin justicia redistributiva, no puede haber auténtico bien común; sin bien común, no tiene sentido la democracia…". Esta es la tesis de la que parte el autor madrileño Javier Sánchez Álvarez en su nuevo ensayo: Ni trump, ni Merkel, ni Rajoy. Cien ideas para salvar una democracia herida, publicado por Seurat ediciones.
En la obra -ya a la venta en papel y que próximamente lo estará como ebook- el autor se pregunta hasta qué punto es posible una sociedad en la que no existe la fiscalidad, los servicios de interés público se encuentran privatizados y cada cual debe cubrir sus necesidades con lo que le permitan sus propios recursos. La respuesta, asegura Javier Sánchez, es "una sociedad de desiguales presidida por el único principio de que cada cual se las apañe como pueda: el individualismo más egoísta, una ley de la selva en la que los individuos se ven abocados a luchar por su supervivencia, una vez que han quedado desterrados las valores de la fraternidad y la solidaridad".
Es a partir de este razonamiento que Javier Sánchez Álvarez, abunda en la tesis de que podemos estar viviendo el final histórico del modelo democrático, a manos de una nueva ideología, el Neoliberalismo, que describe como la espada que empuña el capital internacional, para, envuelta en la bandera de la globalización y el progreso científico, extender unas políticas contrarias a la mayoría de la población.
El libro plantea una denuncia contundente que concluye proponiendo la única vía posible de salida y progreso, inmersos ya en la nueva Era del Conocimiento: la creación de una Nueva Sociedad Fuerte, socialmente justa.
Una obra, en palabras de sus editores, "con cuyos argumentos se puede estar más o menos de acuerdo, pero que por su variedad de fuentes y datos y por la importancia del debate que plantea, difícilmente dejará indiferente a los lectores".