A falta de nuevas tecnologías que permitan hacer baterías más capaces, o bien por el hecho de que los fabricantes no quieren diseñar modelos más grandes, las mejoras en la autonomía pasan por jugar con unas cargas más rápidas. Es el camino que lleva Qualcomm, que posiblemente no sea la empresa que ha liderado el cambio, pero en vista de sus ventas, es la que lleva la voz cantante, seguida por MediaTek.
Los fabricantes de hardware nos están educando a cargar más veces, a tener la carga rápida como un recurso para alargar la vida de un elemento que necesitamos activo mientras nosotros estemos en pie. En los últimos años este proceso nos lo ha estado mejorando la gente de Qualcomm con su sistema Quick Charge, que ahora llega a su cuarta generación.
Mientras solucionan el problema principal, que son unas baterías mejores, nos ofrecen cargas más rápidas.
En las estadísticas que maneja Qualcomm, la batería está entre los factores de compra más importantes de un teléfono, ocupando en primer lugar su duración, y en cuarto lugar de importancia tenemos a la protagonista de nuestro artículo, la carga rápida.
Quick Charge es ahora mismo el sistema más utilizado al llegar de la mano de los Snapdragon y hay más de 150 fabricantes usándolo, con más de 600 millones de dispositivos en el mercado (teléfonos, accesorios).
Pegado al Snapdragon 835
Quick Charge 4 es una tecnología que inicialmente no podemos dividir del nuevo chipset de la casa americana, el Snapdragon 835. Con él nos aseguran una velocidad de carga un 20% superior al modelo que estamos disfrutando ahora mismo con el hardware Snapdragon 820 y 821, el que usan los pesos pesados de cada casa de móviles.
Hablando de velocidad pura y dura, Qualcomm asegura que su nuevo sistema Quick Charge 4 es capaz de rellenar tu móvil con cinco horas más de vida con solo conectarlo cinco minutos a la red. La mitad de la batería la podríamos tener lista en 15 minutos de carga. En la siguiente imagen tenéis la evolución del sistema Quick Charge en el tiempo:
Aunque podemos empezar a hablar de la nueva generación de carga rápida, su comercialización no está prevista hasta la primera mitad de 2017, momento en el que habrá algún dispositivo móvil que haga uso del Snapdragon 835. Será muy interesante conocer más sobre este chipset, que se rumorea estará desarrollado junto a otro gran protagonista del "mercado chipset".
Teniendo en cuenta el episodio Note tan cercano, es normal que se haga hincapié en la seguridad en el proceso de carga.
La implementación del sistema de carga contempla desde el primer momento el tipo de conexión USB-C, reversible y planteada para ser el puerto único en los dispositivos, capaz de gestionar la carga y datos al máximo nivel de transferencia.
Qualcomm asegura que una correcta implementación asegura una mayor vida para la batería (INOV 3.0 determina el voltaje óptimo), y mayor seguridad para los procesos de carga.
También se presenta el soporte de USB-Power Delivery, para la negociación de la cantidad de corriente con el dispositivo. Según la especificación de Qualcomm se contemplan mecanismos para que el sistema pueda reconocer la calidad de los cables empleados, de nuevo en vistas de una mayor seguridad.
La idea pasa por aprovechar los avances y no quedarse en tablets y teléfonos, Qualcomm quiere expandir su tecnología de carga rápida hacia otros campos que no tendrían problema en recibirla: cámaras, drones, cascos de realidad virtual, soportes inalámbricos, routers, baterías adicionales, etc.
La noticia "5 minutos de carga son 5 horas más en tu teléfono: así es Quick Charge 4.0 de Qualcomm" fue publicada originalmente en Xataka.