Una de las decisiones más importantes, dentro de los preparativos de la boda, es la elección del vestido de novia.
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Recorrerás mil páginas de las revistas especializadas, mirando y volviendo a ver un sin fin de modelos, imaginándote con unos, desechando otros, pero lo cierto es que tienes que ir a las tiendas y probar distintos diseños, aún los que creas que no van con tu personalidad.
Muchas veces, una prenda resulta ser de un modo cuando está colgada en el escaparate o en una percha, y se convierte en otra muy distinta cuando la llevas a tu cuerpo. Aún los diseños menos pensados, las texturas y tonos impensados pueden resultar ser perfectos para ti. Lo mismo sucede con el vestido de novia!!
Llevar a tu madre o una amiga para que te acompañen y den su opinión, no significa que compres el vestido que ellas quieran. Tienes que estar a gusto con la decisión y debes sentir cómodo el vestido elegido. Si tienes dudas, no compres, por más que la vendedora te diga que te queda divino!
Visita varias tiendas, prueba todo lo que puedas. Si eliges un diseño de revista para que lo haga a medida una costurera, prueba un vestido similar en una tienda, para confirmar que ese tipo de modelo te sienta bien.
Ten en cuenta que el vestido que elijas lo usarás durante muchas horas. Siéntate, levanta los brazos, date vueltas, fíjate si lo sientes cómodo en todas las posturas que podrás llegar a tener ese día. Y algo importante: no lo pruebes estando descalza. Usa unos zapatos que tengan el tacón con una altura similar al que usarás el día de la boda, preferentemente no muy alto.