Art Wanson Gallery presenta en la Galería The Westin Valencia las últimas creaciones de Valentín Kovatchev, en el cincuenta aniversario de su carrera artística.
La obra de Kovatchev no se presentaba en Valencia desde su última participación en Interart´96. El motivo de esta larga interrupción ha sido debido a la gran cantidad de demanda de exposiciones y encargos que ha tenido que atender el artista durante estos años.
Nacido en Sofía en 1953, desde su más temprana infancia muestra un especial interés por el dibujo, como se aprecia en los magníficos retratos de poetas, filósofos y políticos que realizara con tan sólo diez años de edad. Se abre en este momento una temática recurrente sobre la que el artista volverá a lo largo de su amplia trayectoria a través de diversas técnicas y opciones formales.
Graduado en la Facultad de Bellas Artes de Sofía en 1981, en la especialidad de grabado, durante años abandonará el dibujo convencional y la pintura al óleo para dedicarse al estudio e investigación del grabado, técnica que ejerce tal fascinación sobre el artista, como ocurriera con los grandes maestros como Rembrant, Durero, Goya, Piranessi o Picasso, entre otros.
En el año 1987 inventó la técnica de grabado al aguafuerte que le caracteriza y por la que es renombrado tanto a nivel nacional como internacional, en la que llevará a cabo el dibujo sobre la plancha-matriz directamente, sin boceto previo, con una fina y simple aguja de coser y posteriormente utilizará la solución de ácido nítrico y agua en la que sumergirá las planchas no menos de 40/60 veces, obteniendo con este complejísimo proceso de precisión de dibujo sobre el metal y con las diferentes graduaciones de “mordidas” del ácido que sus grabados adquieran el rango de únicos.
Su traslado de Sofía a Málaga en 1992 marcará un espectacular cambio en su carrera artística con la creación de la Serie “Anatomía del Toro Salvaje”. En 1996 regresa al dibujo convencional con “El Viejo Picador”, obra galardonada por el Ayuntamiento de Madrid y en 2001 retoma la pintura al óleo con motivo del homenaje a Picasso.
Kovatchev no es un artista ruidoso, como lo demuestran también sus obras. Sus creaciones rechazan la tentación de ser catalogadas en los conceptos existentes del arte. No es suficiente liberarse de la autoridad de las interpretaciones petrificadas del mundo del arte y de la cultura del pasado. Primero se debe conocer bien la tradición del arte y solo después se puede deshacer, rehacer de nuevo, reinventar y recrear. Esto se ve muy claro en todas sus creaciones.
Tal metodología en el oficio de arte requiere mucho esfuerzo y tiempo, sin mencionar el talento. Pero solo de esta manera se crean novedosas obras de arte. Justamente esta devoción al trabajo, su perfeccionismo y la riqueza de su mundo interior, son la sólida base de sus desafíos filosóficos y sus críticas sociales.
Académico Correspondiente por la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla y Académico del Senado por la Academia de Arte Moderno de Roma, su obra ha sido reconocida y premiada nacional e internacionalmente en numerosas ocasiones y se encuentra representada en innumerables colecciones públicas y privadas en todo el mundo.
