Todos los años, el editor de guías turísticas Lonely Planet publica su lista de países, ciudades y regiones que habría que visitar, con una serie razones. Y las de 2016 son las siguientes:
Transilvania (Rumanía)
La región de Drácula sorprenderá al viajero al darle mucho de lo que espera (montañas, castillos, niebla, un rural en el que parece que retrocedes en el tiempo), pero también unas cuantas novedades: Cluj-Napoca es uno de los centros artísticos emergentes de Europa y tiene una vida nocturna muy movida, algo de lo que también presumen en Brasov. Aprovecha también para ver lobos, linces, osos y visones.
Oeste de Islandia
Por alguna extraña razón, los turistas han dejado esta zona de Islandia bastante inexplorada. Y eso que tiene todo lo que vas a buscar allí: glaciares, campos de lava, cataratas, prados verdes… ¡hasta salen en el Viaje al Centro de la Tierra! Ahora que se ha abierto Into the Glacier, una cueva excavada dentro de un glaciar para verlo por dentro, no hay excusa para no ir a la isla. Es también el lugar del país en el que hay más restos arqueológicos de los antepasados vikingos.
Valle de Viñales (Cuba)
Si se va hasta Cuba, no hay que quedarse en La Habana. En Lonely Planet recomiendan ir hacia el oeste de la isla y descubrir el Valle de Viñales, a unas dos horas de la capital, para ver la tranquilidad rural en todo su esplendor. Su paisaje ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y hay bastante oferta de actividades como senderismo, rutas a caballo o en bici. Muy cerca, hacia el norte, está la playa de Cayo Jutías, para descansar lejos del turismo.
Friuli (Italia)
¿Amante del vino? Esta zona es imprescindible para los próximos viajes. El pequeño triángulo que forman las ciudades de Udine, Gorizia y Trieste se ha convertido en un destino emergente para los entendidos en vino, com varias denominaciones de origen a solo unos kilómetros de distancia. Además de ver viñas y pueblos, no hay que perderse las ciudades, llenas de huellas dejadas por los antepasados romanos, lombardos, venecianos y austro húngaros.
Isla Waiheke (Nueva Zelanda)
Muchas de las imágenes que vienen a la cabeza cuando se piensa en el Paraíso parecen en realidad inspiradas en esta isla. A solo 35 minutos en ferry de Auckland, Waiheke tiene playas idílicas, cuevas secretas, colinas verdes, aguas de un turquesa profundo… y mucho vino. Waiheke es también conocida como la Isla del Vino y tiene un montón de bodegas y caldos que probar. El pasado hippy y bohemio de la isla (fueron los primeros de Nueva Zelanda en votar a favor de convertirse en zona desnuclearizada) todavía se nota en su fuerte comunidad artística.
6. Auvernia (Francia)
Francia es mucho más que París o la Costa Azul. Si se busca tranquilidad y paisajes que no se esperaría ver en el país vecino, hay que dirigirse hacia la Auvernia, región llena de valles excavados por glaciares y de volcanes que hace pensar más en Islandia. Además de la naturaleza, se encontrarán joyas del románico y ruinas medievales, cocina de montaña tradicional (pero cada vez más moderna también) y si se llevan prismáticos puede que se vean a osos y lobos.
7. Hawaii (Estados Unidos)
¿Hace falta excusa para querer ir a Hawaii? Por supuesto que no, pero por si acaso se necesitara una, estar en esta lista es una buena razón. Y no pienses solo en playas y en collares de flores: la región es también un destino perfecto para amantes de la cocina (ingredientes tradicionales del archipiélago mezclados con sabores étnicos), de la Historia (2016 es, entre otras cosas, el 75 aniversario del ataque a Pearl Harbour), y de los deportes de aventura. Además, este año dos de sus parques nacionales, el Haleakala National Park de Maui y el Volcanoes National Park de Big Island, cumplen 100 años. ¿Dijimos ya que también aquí hay volcanes?
8. Bavaria (Alemania)
Lo que veía la imaginación cuando de pequeño contaban los cuentos de los hermanos Grimm o de Andersen existe: ¡es Bavaria! Tiene sus castillos, sus bosques, sus pueblos medievales… y mucha cerveza, claro. En 2016 la región celebrará el 500 aniversario de la Ley de Pureza, que establecía que la cerveza solo se podía elaborar a partir de tres ingredientes: agua, cebada malteada y lúpulo. ¡Se cree que es la ley alimentaria más antigua todavía vigente! Además de recorrer la Carretera Romántica, pasa unos días en Munich descubriendo todo su lujo de palacios, jardines y museos.
9. Costa Verde (Brasil)
¿Ir a Brasil en año olímpico? Puede que parezca la mejor o la peor idea del mundo, pero se puede huir de las multitudes de Rio aquí. La Costa Verde es lo que su nombre indica y puedes esperar playas paradisíacas, colinas esmeraldas, islas casi desiertas y cataratas impresionantes. Se puede visitar también Paraty, pueblo colonial declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, o Vila do Abraão. En ambas hay que dejar el coche fuera, pero tampoco se echará de menos.
10. Santa Helena
Esta isla situada en el Atlántico Sur es uno de los lugares más remotos del planeta (es aquí adonde fue deportado Napoleón Bonaparte y donde pasó los últimos años de su vida), pero en 2016 estará un poco más cerca del mundo: su primer aeropuerto abrirá las puertas. ¿Perderá su encanto de lugar al que solo se podía llegar tras navegar 3.100 km desde Ciudad del Cabo? Quizá, pero solo un poco. Seguirá siendo un lugar sin cobertura, con infraestructuras que parecen haberse congelado en el tiempo, y con una fauna y una flora tan únicas que el propio Charles Darwin estaba fascinado con el lugar. No hay que olvidarse de conocer a Jonathan, la tortuga gigante que pasea por la isla desde cerca de 1832.