La congelación de óvulos para preservar la fertilidad ha aumentado durante la pandemia de la Covid-19 en parejas que han retrasado la decisión de ser padres, ante el temor de un posible contagio de la madre o del niño por nacer. Consecuentemente, con la vuelta a la normalidad, las fecundaciones in vitro con los óvulos congelados van a crecer exponencialmente.
Sin embargo, el análisis de más de 30.000 intentos de fecundación in vitro, realizados en Estados Unidos y recogidos de los informes públicos de la Sociedad para Tecnología Reproductiva Asistida (SART), muestran un número significativamente mayor de éxito de niños nacidos vivos en los ciclos realizados con óvulos frescos, en comparación con los congelados mediante el método de vitrificación.
Este problema va quedar resuelto gracias a una técnica de activación asistida de óvulos desarrollada por el doctor Jan Tesarik, director de la Clínica MARGen de Granda. La exposición de los óvulos a los agentes crioprotectores, necesarios en la técnica de vitrificación, produce una pérdida masiva de calcio que, una vez “descongelados”, perturban su respuesta adecuada a la posterior entrada del espermatozoide, lo que puede llevar a un fracaso de la fecundación o a la formación de embriones con problemas de desarrollo.
Desde hace años se realiza la recarga de los óvulos con calcio activando la entrada de calcio desde el medio de cultivo. Un método conocido como activación asistida de los óvulos. La entrada de calcio se puede fomentar utilizando sustancias químicas llamadas ionóforos de calcio. Los ionóforos se utilizan desde hace más de 20 años y no se ha tenido ningún efecto negativo sobre los niños nacidos después de la aplicación de estas técnicas.
Sin embargo, el método mecánico, desarrollado por el doctor Tesarik, logra los mismos resultados que los ionóforos y disipa cualquier duda sobre posibles efectos tardíos en la descendencia, ya que no utiliza ninguna sustancia química añadida.
“Hasta ahora, la activación asistida de los óvulos se utilizaba solo en los casos donde los espermatozoides carecían del factor activador del óvulo o cuando los óvulos no conseguían una respuesta correcta a este factor. Sin embargo, los óvulos congelados (vitrificados) presentan este mismo problema. Si a esta circunstancia se suma que la calidad de los espermatozoides utilizados para la fecundación es subóptima, el problema está servido” comenta el doctor Tesarik”.
Según el científico granadino, “hay mujeres que ya tienen sus óvulos congelados y otras, por ejemplo las afectadas por un cáncer, que no pueden esperar hasta que un método más adecuado de congelación esté disponible. Para ayudar a estas mujeres, nuestra técnica de activación asistida de los óvulos congelados permite resolver posibles problemas derivados de la congelación y también los provocados por la baja calidad de los espermatozoides de su pareja”, concluye Tesarik.