Una disciplina que nació, según algunos diarios de la época, a finales del siglo XVIII. En concreto, en el Hawaii del año 1778. Por aquel entonces, un grupo de hombres ya disfrutaba del placer de deslizarse con sus ‘paipos’ sobre las olas. Fue la semilla de un deporte que mueve a cientos de miles de personas en todo el mundo. Pese a ello, hay que viajar hasta 1970 para encontrar el origen del bodyboard moderno. El ‘culpable’ fue Tom Morey: su tabla de surf se partió mientras surfeaba en Hawaii y decidió utilizar una de esas mitades para salir hacia la orilla. Desde entonces, la técnica ha ido evolucionando hasta la actualidad gracias a riders como Guilherme Tamega, Ben Holland, Michael Eppelstun, Mike Stewart, Jeff Hubbard, Spencer Skipper, Ryan Hardy, Mitch Rawlins, Dave Winchester, Ben Player, Brenden Newton y Damian King, entre otros.
A la hora de meterse en el mar es necesario disponer de varios accesorios. Obviamente, lo más importante es contar con una buena tabla. Lo habitual es que estén fabricadas en polietileno, polipropileno o NRG. Además, tienen el slick en la zona de abajo y pueden llevar un mesh como refuerzo.
Las aletas de bodyboard son otro de los accesorios fundamentales para cualquier rider, ya que ayudan a ganar impulso a la hora de remar y remontar las olas. Además, ejercen de quilla, un aspecto clave para surfear las paredes de las olas.
Otros accesorios a tener en mente son el invento (para no perder la tabla en caso de caída) y una buena funda (para almacenar la tabla con todas las garantías).
La técnica también ha evolucionado
La técnica también ha evolucionado de manera constante durante los últimos años. De hecho, existen tres maneras o posturas de deslizarse sobre la tabla de bodyboard, la cual suele fabricarse con polietileno o NRG y tiene aproximadamente un metro de longitud.
Por un lado, los riders pueden ir completamente tumbados. Esta postura se conoce como prone y es la más convencional de todas. Eso sí, también se puede ir con una pierna arrodillada (drop knee) o completamente de pie (stand up), una técnica eso sí, prácticamente extinta en la actualidad.
En cuanto al prone, los movimientos más comunes entre los riders son el 360 (un giro completo en la pared de la ola para seguir después en la misma trayectoria), el Air Spin (o ARS, un giro de 360 grados mientras se cae), el rollo (base sobre la que se sustenta el bodyboard y que consiste en coger velocidad, subir al labio y golpearlo con la tabla), el backflip (una de las más difíciles y peligrosas, hacer una voltereta hacia atrás) y el invertido (girar en el aire tras impactar contra el labio). También están el air forward y el reverse air, que consisten en giros de 360 grados en el aire hacia un lado y hacia otro.