Se podría decir que cada vez en mayor grado parece evidente que los avances en la medicina y el conocimiento de las enfermedades están demostrando que los hábitos de las personas tienen algo que ver en la aparición de determinadas patologías. Con un estilo de vida equilibrado y concienciación sobre qué beneficia o perjudica al cuerpo, se puede contribuir a evitar o retrasar la llegada de muchas enfermedades.
Aumenta la información pública sobre temas de salud
Por otro lado, como cada vez hay más información pública sobre temas de salud, resulta difícil entender que todavía se siga sin tomar responsabilidades completas respecto al cuerpo. Ya no se vive, generalmente, en la ignorancia de hace unos siglos, en que se desconocía gran parte de las causas de muchas dolencias. Ahora, sin pretender tampoco desempeñar el papel que corresponde a los profesionales sanitarios, se puede ser muy activo en el ámbito de la prevención.
Esta toma de conciencia se instaura progresivamente en nuestra sociedad, y la prueba está en el éxito que alcanza todo lo relacionado con el estilo de vida saludable: alimentación sana, higiene personal, deporte, cuidados estéticos y vigilancia general de la salud. Gracias a las campañas públicas, los programas educativos y, por qué no, el marketing sanitario, los principios básicos de la salud se extienden con facilidad.
Sin embargo, también se pueden identificar algunos focos de resistencia. Es posible detectar que en determinados segmentos no cala el mensaje de que cada uno debe comprometerse con su bienestar, lo que resulta muy paradójico.
Uno de los ejemplos más claros de esta incoherencia se ve en el campo profesional de la cirugía oral y maxilofacial, más en concreto en la implantología. Es sabido que la dentadura se degrada con el paso del tiempo de forma ineluctable, pero también se es consciente de que los hábitos de higiene y alimentación influyen enormemente en la evolución de la salud bucal.
A pesar de las campañas, de los consejos de los diferentes profesionales e incluso de las 'regañinas' en consulta, no son pocas las personas cuyas escasas costumbres higiénicas les llevan a perder piezas dentales en cascada y a enfrentarse a complejas y costosas restauraciones, que en parte podrían haberse evitado con una conducta más responsable.
Los implantes requieren más cuidados que los dientes propios
Incluso, en la clínica se pueden encontrar pacientes que no se enmiendan después de haberse colocado varios implantes, desde la creencia de que estos se conservan por sí solos, como una maquinaria autónoma. Por el contrario, por su condición de elementos ajenos a la composición natural de la boca, requieren incluso más cuidados que los dientes propios.
De hecho, en Clínica Bustillo siguen un protocolo de mantenimiento de implantes que vela por su adecuada conservación, con revisiones periódicas y protocolos regenerativos, para asegurar que cumplen su función y no causan efectos indeseados en los pacientes.
En este protocolo se incide mucho en el papel activo del paciente en el cuidado. Si no se implica en los hábitos de higiene diaria y evita costumbres nocivas como el tabaquismo o el exceso de alimentos perjudiciales para los dientes, tarde o temprano sufrirá nuevas enfermedades en su boca. Siempre se dice que el mantenimiento de los implantes es una responsabilidad compartida entre el especialista y los pacientes.
¿Y cómo mejorar el compromiso? La opinión de XXX es que no hay que descubrir nuevas recetas sino mejorar y persistir en las existentes: la educación y la prevención. La primera, entendida en un sentido amplio, puesto que no solo debemos pensar en los menores.
Los adultos aún exhiben un gran desconocimiento en temas de salud, pese a la información disponible, como se puede ver, por ejemplo, en las preguntas y comentarios en las redes sociales. Solo con adultos concienciados se podrá obtener fruto en las acciones educativas dirigidas a los niños, ya que debe haber continuidad en todos los tramos de la vida. Difícilmente un niño puede consolidar hábitos saludables si los adultos que lo tutelan no les dan importancia.
Se ha avanzado mucho en la política sanitaria de prevención, sin embargo,cuando el ciudadano asume el cuidado de la salud como algo propio, las políticas públicas son mucho más eficaces.
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